No sufras, corazón, quiero hoy que rías.
No vale tanto el querer que tú le has dado
Si cruel e ingrato tu amor ha traicionado
Abandonando tu ilusión, tu vida.
A otros brazos irá, aún sin razones
Que logren aquietar su loco agravio.
Pero se alejará, y en otros labios
Tratará de encontrar nuevas pasiones.
¡No sufras más por él! ¡No grites tanto!
Deja que siga solo su camino.
No te inquietes ya más, si en tu destino
Él sólo te dejó surcos de llanto.
Calma al fin tu sufrir. Que hoy amanezca
En tu alma un latido de alegría.
Recuerda que eres tú la vida mía
Y si me faltas ya, tal vez perezca.
Él no entendió tus ansias de quimeras
Henchidas de afanosas ilusiones.
Sació sólo en tu sino sus pasiones
Forjadas en su vida traicionera.
¡No gimas más, no llores, no te abrumes!
¡Ten orgullo y ten fe! ¡Alza tu frente!
Que el tiempo no ha de ser siempre inclemente
Y el sol pronto saldrá en tu mar de espumas.
¡No sufras, corazón! Quiero hoy que cantes,
Que olvides tu pesar y tu agonía.
¡Quiero verte reír! ¡Quiero hoy que rías!
¡Aunque en tu risa esté él, igual que antes!